lunes

Desde hace diez años...

Tengo muchas cosas que agradecer a mis padres, pero sobre todo agradezco que me permitieran crecer sin prejuicios, agradezco que jamás que hubieran impuesto una religión y agradezco que me hayan dejado formarme un carácter y pensar libremente a pesar de mis tropiezos, pues eso me ha permitido ver las cosas de la manera que las veo hoy en día. Estaba revisando unos discos que hace años quemé como respaldo de mi antigua computadora, por casualidad en uno de esos discos me encontré algunas cosas que había escrito allá por el año dos mil. Extrañamente en esos textos cuestionaba la vida, cuestionaba el hecho del porqué muchas personas tenían posibilidades de viajar, tener una casa, estudiar en una buena escuela, tener un automóvil, hasta cuestionaba el porque me había tocado a mí vivir de la manera en la que estaba viviendo, me quejaba de la falta de oportunidad para estudiar, y sobre todo de la falta de trabajo digno, pero nunca desde que tengo uso de razón he podido quejarme de pasar hambre o frío, porque a pesar de las condiciones económicas por las cuales hubiera tenido que atravesar mi familia siempre hubo aunque sea frijoles para llenar. En ese tiempo comenzaba a ver cómo me discriminaban y me hacían a un lado por hecho de no pensar como la mayoría, me hice vegetariano por defender a los animales, me comenzó a gustar escuchar la música punk, y sobre todo comenzó a interesarme el anarquismo, leía a Mikhail Bakunin y Pierre-Joseph Proudhon, sinceramente sin llegarlos a entender del todo, pues apenas contaba con 15 años, creí que aspirar a vivir en colectivos era lo que más convenía, creí que no tener gobierno, ni amo, ni dios era lo máximo, era partidario de asistir a mítines y marchas en la exedra por apoyar cualquier causa que consideraba justa, incluso se organizaban “colectivos libertarios” para aprender sobre el anarquismo y cómo luchar contra el sistema, afortunadamente considero que maduré un poco y me di cuenta que lo que estaba haciendo no servía absolutamente de nada, empecé a darme cuenta de la desigualdad social y económica que existía en el estado, veía como sufría la gente y como cada vez se veían más y más individuos pidiendo dinero en las calles, deje de ser vegetariano pues qué diablos me importaba un animal si veía por las que estaba pasando el ser humano, consideré más importante ver y hablar sobre los derechos de los hombres antes que preocuparme por cualquier animal, me di cuenta que el camino no era no tener gobierno, ni amo, ni dios, sino más bien tener el gobierno, el amo y el dios que necesitábamos, que al final de cuentas era lo que nos iba a hacer salir de hoyo en que nos encontramos, que nos iban a recuperar de nuestra condición de seres humanos, íbamos a tener dignidad nuevamente. Querido lector estoy hablando de hace diez años atrás, antes de que existiera la inseguridad que impera en estos días, antes de que la corrupción fuera tan descarada como ahora, antes de que se suicidaran niños de quince o dieciséis años por no encontrar salida a los “problemas”, Mucho antes de evidenciar que somos más bestias que humanos, a fin de cuentas.
Hoy en día y después de haber obtenido por fin un buen trabajo, digno, que me permite superarme económica y personalmente, y sobre todo que me permite escribir estas líneas que, al final de cuenta, es lo que más me gusta hacer, hoy que quiero formar una familia, hoy que pienso en darle lo mejor a mi futura esposa, no he dejado de ver ni de importarme los problemas que aquejan a nuestra sociedad, y por ello humildemente por medio de este blog intento seguir haciendo conciencia de que necesitamos actuar, necesitamos cambiar primero nosotros para motivar un cambio en los demás. No hay que ser egoístas y pensar que con el hecho de uno estar bien lo demás no importa, usted, querido lector, podría contestarme ¿qué es lo que nos hace ser humanos? Cabe decir que no busco que me conteste de una manera filosófica, ni científica, busco lo que usted siente, porque yo pienso que lo que nos hace humanos es la filantropía, el hecho de poder preocuparnos por el otro, por los que son de nuestra especie y están en peores condiciones que nosotros, es lo que considero al final nos diferencia de los animales, el saber usar la razón para lo que vale la pena usarla, para salir del hoyo en el que estamos, para aprender de los errores que a lo largo de la historia hemos cometido, superar tantas vejaciones, tantas matanzas sin sentido, que nos han hecho pensar que esa es la naturaleza humana: ser malo y destruirlo todo. Muéstreme, querido lector, que estoy equivocado y que hay esperanza de que el ser humano es algo bueno para el mundo, o ¿deberíamos aceptar de una vez por todas que nuestra verdadera naturaleza es ser egoístas, destructivos y malos?

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