jueves

Los ricos más ricos, los pobres más pobres

Hablar de desigualdad social parece ser algo cotidiano, incluso muchos nos hemos acostumbrado a ello, no como los pobres a la pobreza, pero es común ver y enterarnos por cualquier medio de funcionarios públicos con sueldos elevadísimos, más de 30 o 40 mil pesos mensuales, además de que se las da “apoyo” de gasolina, alimentación, incluso a unos hasta carro del año se les proporciona para el desempeño de sus funciones. Lo que es de preocuparse es que estos mentados funcionarios tienen trabajos que deberían de realizarse por puro amor al pueblo, es decir, los diputados, senadores y funcionarios públicos de alto nivel en teoría trabajan por y para el pueblo, pero desgraciadamente esos sueldos tan elevados que se les paga han convertido a esos puestos en un negocio, (el más lucrativo de todos, pues la cosa no para en el sueldo y los apoyos sino que ademas se les da la oportunidad de encajarle la uña a otros piquitos más como los “favores”, el tan mentado “échame la mano y yo me pongo guapo contigo”, no es difícil ver estos favores que menciono, pues existen fraccionamientos en lugares que no debieron ser autorizados, permisos de venta de alcohol y tabaco cerca de centros educativos, puestos fantasma para familiares del funcionario que los introducen dentro de la nómina pero sin desempeñar ninguna actividad propiamente o el ya tan famoso “son asesores” y un sinfín de abusos de poder, perdón de favores, que podría mencionar y esto se volvería una lista lejos de ser una reflexión). En la actualidad quien busca ser senador o diputado está lejos de querer ayudar al pueblo, al contrario busca vivir a costillas del pueblo, busca una vida de comodidad y riqueza, yo me pregunto y ruego a usted querido lector se pregunte conmigo: ¿Qué no esos puestos lejos de ser tan bien pagados deberían de ser realizados por altruismo? Imagino, solo por el deseo de soñar con un México justo, todo el dinero que se ahorraría el gobierno disminuyendo hasta el 80 o 90% del sueldo de todos los senadores y diputados, que insisto trabajan por y para el pueblo, claro además de disminuirles sus aguinaldos, sus ingresos para “gestión social”, sus “apoyos” que recordemos ascienden a más de medio millón anual por cada uno; imagino en todo lo que podría ser bien utilizado ese dinero salud, educación, alimentación, todo para los que menos tienen, pero cómo van a entender estos señores las necesidades de la gente que gobiernan si solo estrechan sus manos profiriendo un montón de promesas que jamás van a cumplir, cómo van a sentir estos señores lo que sufre el pueblo si ellos comen en bandejas de plata, beben el mejor vino y visten las mejores ropas, ¿cuándo ellos han sentido el frío o el hambre o el sufrimiento por un familiar que muere por no tener dinero para su atención médica?, la respuesta querido lector usted y yo la sabemos: NUNCA
Señores el pueblo se está muriendo de hambre, agonizando por falta de empleo y de oportunidades, no por nada de dos años a la fecha el índice de suicidios se elevó dramáticamente, no por nada son más los niños que dejan los estudios primero por no tener como comprar uniformes , útiles escolares ni cómo hacer el gasto de transportarse a la escuela, y segundo por la necesidad de incorporarse a las filas laborales para ayudar con el gasto familiar, pero ¿ que no la educación es un derecho para todos? Yo más que un derecho me preguntaría ¿Qué no es una necesidad? Como queremos ser un país primer mundista si no tenemos gente preparada, y la poca que tenemos no le brindamos las oportunidades que necesitan para salir adelante por lo que prefieren buscar mejor suerte en otros países que gracias a nuestros pensadores están logrando tener grandes avances tecnológicos, científicos y hasta culturales.
Me gustaría que la cosa acabara en lo que les acabo de decir, pero desgraciadamente aun va más allá, desafortunadamente estos funcionarios y políticos que menciono son ya un grupo de elite, se han pasado el poder y el dinero de mano en mano y siempre los mismos. ¿Cuántos apellidos rimbombantes no reconocemos en las filas de la gente que ahora y no siempre fue rica, y que gracias al pueblo se hizo de sus “billetitos”, cuántos abuelos y padres de los que hoy son políticos no comenzaron a enriquecerse a costillas del pueblo desde hace años, no cree usted que ya ha sido suficiente?
Hablando de abuelos decía el mío: “el dinero llama al dinero” yo lo diría de una manera distinta “el dinero llama al dinero, al poder, a la desigualdad y la injusticia”.

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